me gusta especialmente el rostro. Como si realmente estuviera ella ahí
Antonio, el 19/09/2014 a las 8:44, comentó:
La forma de las manos cogiendo el abanico es idéntica a la forma en que mi madre cogía también su abanico. Es curioso el detalle: la mano derecha sujeta la empuñadura del objeto sagrado (todo abanico es mitad espada y mitad alas de ángel), agarra el abanico con la firmeza un tanto atroz de quien ve próxima su desintegración física. La mano derecha, en cambio, sostiene casi acariciando (o sin casi) el resto del abanico, mucho más frágil.
En fin, la vida.
Francisco Sancho, el 2/10/2011 a las 22:26, comentó:
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Comentarios
me gusta especialmente el rostro. Como si realmente estuviera ella ahí
La forma de las manos cogiendo el abanico es idéntica a la forma en que mi madre cogía también su abanico. Es curioso el detalle: la mano derecha sujeta la empuñadura del objeto sagrado (todo abanico es mitad espada y mitad alas de ángel), agarra el abanico con la firmeza un tanto atroz de quien ve próxima su desintegración física. La mano derecha, en cambio, sostiene casi acariciando (o sin casi) el resto del abanico, mucho más frágil.
En fin, la vida.
Pues en carboncillo también está dominado...
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