Durante el verano de 1975, recién terminados mis estudios de magisterio y “en capilla” para empezar la mili, me dio por hacer dibujos, cada vez más detallados, con rotuladores. Y seguí haciéndolos hasta que, en enero del 76, me incorporé a filas. Esos dibujos, por lo detallado del resultado, los veo ahora como un preludio de mi obra más reciente, aunque con técnicas bien diferentes.